Emotiva y cargada de anécdotas. La ceremonia de inducción de los recientes miembros del Salón de la Fama del Golf Mundial se realizó este miércoles en la noche en Ponte Vedra Beach (Florida, Estados Unidos), donde Tiger Woods encabezó un nuevo grupo de miembros. 

La "clase 2022", además de Woods, empatado en la cima histórica de victorias en el PGA Tour con 82 y 15 'majors' en su haber, incluye a la excampeona del U.S. Women's Open Susie Maxwell Berning, a la diseñadora de campos de golf Marion Hollins y al excomisionado del PGA Tour Tim Finchem, quienes elevan el número de miembros del Salón de la Fama a 164.

En la ceremonia de este miércoles también se reconoció a Peter Ueberroth y al difunto Dick Ferris, como destinatarios del recientemente creado "premio a toda una vida", para honrar sus contribuciones al deporte. Renee Powell también fue galardonada por su espíritu en el avance de la diversidad en el golf, como ganadora inaugural del Premio Charlie Sifford, en tributo al primer golfista de raza negra en jugar en el PGA Tour.

En el marco del Players Championship 2022, la ceremonia tuvo lugar en el noreste de Florida por primera vez desde 2013, pues las ceremonias más recientes se llevaron a cabo en California (2019), Nueva York (2017) y Escocia (2015).

Como parte de la ceremonia, el Salón de la Fama también exhibió públicamente por primera vez su icónico nuevo trofeo de inducción. Diseñado por Tiffany & Co., el arco del mango del trofeo encarna el 'swing' de golf y representa la naturaleza global del deporte.

TIGER Y UN DISCURSO DE SUPERACIÓN

Haciendo retrospectiva de hace 40 años, cuando tenía 6, Tiger Woods empezó su discurso de inducción al Salón de la Fama del Golf Mundial. Como no era apto por su edad para jugar en el campo, impresionó al encargado pegando buenas bolas. 

Era un campo público, así que debía escabullirse para jugar por las noches, en compañía de su perro Boom Boom, el mismo apodo de su ídolo del momento, Fred Couples. Con el paso de los años fue ganando oportunidades de jugar en otros campos, los mejores de California, en torneos de niños. 

Sin embargo, antes de ello, se fue ganando "unos centavos de más" en apuestas en el 'putting green', y luego en los 'skins', aunque su padre no lo aprobaba. 

Cuando tenía 10 años ya jugaba con regularidad en torneos 'juniors' estatales, pero según contó, por su color de piel no le permitían ingresar a las 'clubhouses': "Me cambiaba los zapatos en el estacionamiento. Sólo hacía dos preguntas: ¿Dónde estaba el primer tee y cuál era el récord del campo?".

Relató también que llamó a su hijo Charlie en reconocimiento a Charlie Sifford, otro miembro del Salón de la Fama, el primer jugador negro en jugar en el PGA Tour. 

Llegó a la etapa de los 14 y 15 años, y su familia debió hacer muchos esfuerzos económicos para inscribirlo en torneos de la naciente AJGA (American Junior Golf Association). "Estuve allí dándome a conocer para posibles becas universitarias (...) Obviamente, no sabíamos que íbamos a tener suficiente dinero para que yo fuera a la universidad, o que me reclutaran".

"Así que mi familia tomó una decisión difícil y, a la edad de 14 años y medio, obtuvimos una segunda hipoteca para poder salir y jugar el AJGA Tour", continuó. 

Luego llegaría a Stanford, se graduó y se hizo profesional. Nike y Titleist pusieron sus ojos en el joven de 20 años y le brindaron "un contrato exorbitante", con el que asegura, pagó la segunda hipoteca de sus padres. 

"Una de mis metas era ganar en todos los continentes, y creo que lo logré", siguió. Relatos de sus relaciones de amistad con tantas personas que lo han rodeado en su proceso, así como el agradecimiento a su familia, dieron cierre a su discurso, en el que recalcó: "Este es un premio individual, pero debería premiar el trabajo de equipo con muchas personas. Gracias a todos ellos".