En un campo de golf puede llegar a ser una caja de sorpresas, especialmente en los ‘roughs’, donde pueden aparecer inesperados obstáculos, como rocas, nidos, raíces de árboles, e incluso… bolas de golf abandonadas. Este fue el caso que vivió este domingo el australiano Shae Wools-Cobb en Millbrook Resort, durante la última ronda del Abierto de Nueva Zelanda, por el PGA de Australia, cuando disputaba el liderato del torneo. Shae identificó so bola en el alto césped al costado del ‘fairway’, la golpeó por debajo con su ‘wedge’, como se acostumbra en estos casos y, vaya sorpresa, fueron dos las bolas que salieron volando. |
Según la regla 15.2, se considera que la intención del australiano era golpear ‘su’ bola, por lo que no incurre en ninguna penalización. En cuanto a la bola escondida, se considera un objeto movible, que habría podido mover, sin temor a ser castigado… si la hubiese visto. Al final del día, Shae anotó 78 golpes y cayó a la casilla T26 del torneo, que fue ganado por su compatriota Brendan Jones. Por otra parte, si bien este hecho es insólito, no es inédito. Ya una vez le ocurrió al zurdo Phil Mickelson en 2010, cuando curiosamente intentó un ’swing’ diestro para sacar su bola de unos arbustos. |