La R&A anunciaría este martes una propuesta para ralentizar las bolas de golf —o en otras palabras, modificarlas para que alcancen menores distancias—, en una rueda de prensa conjunta con la USGA. La inquietud de los organismos del golf por las distancias cada vez mayores que alcanzan los profesionales del deporte no son nuevas, y vienen trabajando en ella desde hace más de seis años. Esa es solo una preocupación en un debate que se ha estado librando durante décadas, destaca Telegraph Sport: “Los campos clásicos corren el riesgo de volverse obsoletos ya que jugadores como Rory McIlroy y Jon Rahm lanzan rutinariamente drives de más de 350 yardas, reduciendo la prueba, en algunos casos, a un ‘drive’, ‘pitch’ y ‘putt’”. Hacer campos más largos sería una utopía, por la necesidad de mayores espacios para los clubes, los incrementos en costos de mantenimiento, la complejidad para estandarizar los pares de los campos, y los tiempos, también mayores, que tomaría terminar una ronda. Un año atrás, la R&A y la USGA emitieron una actualización sobre sus investigaciones en otra de las áreas de estudio fundamentales para lograr mayor distancia en un golpe: ‘los drives’, a los cuáles se les intentó poner un límite de volumen. No obstante, las objeciones de los fabricantes el el potencial impacto que tendría este cambio para los golfistas recreativos hizo que se descartara luego de seis meses de consultas, según conoció el diario británico, reenfocando los esfuerzos en las bolas. Es una discusión que no debe tomarse a la ligera, ya que el tema “tiene el potencial de convertirse en un campo minado legal, con los abogados de los fabricantes ya en el caso, y lo último que necesita el deporte en este momento es otra apertura de frente en la guerra civil”, apunta Telegraph. “Este es solo un documento de discusión y todo esto probablemente aún llevará muchos años ordenarlo”, dijo una fuente al diario británico. “Se dice que 2026 podría ser la fecha en que finalmente se implemente algo”. |