Los productores de ‘Full Swing’ revelaron que no fue fácil tener a Rory McIlroy en la serie documental e indicaron que lo contactaron en numerosas ocasiones para que participase, además, que impuso una serie de condiciones. El norirlandés lo confirmó todo.

La postura inicial del jugador de 33 años era ver cómo salía la primera temporada y entonces decidir si se involucraría o no.

“Le dijimos que necesitábamos su voz, que no había garantía de que pudiéramos hacer esto de nuevo y que, si esperaba, la gente no podría escucharlo hasta 2024 como pronto, y que ahora era el momento”, declaró el productor Chad Mumm a Mirror Sport.

Era la tormenta perfecta: un año como ningún otro en el golf profesional, con la irrupción de LIV Golf, la respuesta del PGA Tour lanzando dinero a sus estrellas y represalias a sus desertores, y un McIlroy establecido como el líder de las críticas al circuito naciente. Era ahora o nunca.

Finalmente, el número uno del mundo dio el sí, pero con condiciones, y recordó las conversaciones que sostuvo con Mumm en el verano, en un fragmento reproducido por Golf Magic.

“Me aseguré de que los parámetros fueran muy claros: ‘Mira, puedes filmarme (pero), no vendrás a mi casa, no estarás en mi auto, no te acercarás a mi familia, pero si quieres hacer algunas cosas conmigo en los torneos de golf, (está) totalmente bien’. Eran las reglas básicas que fueron establecidas, y aquí estamos".

Un factor que convenció a McIlroy fue la posibilidad de “agregar una capa de contexto que no estaba ahí” previamente.

La producción estará disponible en Netflix a partir del 15 de febrero.