Agosto fue el mes de la transición para la mejor jugadora de Colombia, de ser el pez grande en un estanque pequeño, a ser pez pequeño en un estanque con aguas inexploradas. Desde su nuevo hogar en Arkansas, María José Marín abrió un espacio entre sus responsabilidades académicas y su preparación deportiva para compartir con Abierto de Golf algunas claves de su éxito y detalles de su vida como estudiante y jugadora universitaria.

¿Cómo ganar dos Abiertos de Colombia antes de los 17?

“Los Abiertos son increíblemente importantes a nivel nacional. Estar ahí dentro de las jugadoras del 'field' ya es mucho decir, porque no a todas se les acepta en la tercera semana, que es la semana de mostrar, la de primera categoría damas, primera de caballeros y 'profes'.

No es por quitarle nivel, pero me lo tomo como otro torneo, bastante importante sí, aunque no presto mucha atención al nombre, porque de esa manera me puedo preparar igual, sé que lo voy a hacer bien, y cuando veo el resultado y digo 'soy campeona de este Abierto de Colombia’, ahí sí me doy cuenta de que acabo de ganar uno de los torneos más importantes del país.

También creo que es debido a toda la preparación que tengo desde chiquita, desde los tres años y medio, obviamente en esa edad no todo era muy serio, pero ahí empezó todo ese proceso de formación mío en el deporte, y todos esos años de entrega, de sacrificio y de esfuerzos se ven reflejados en una de las citas más importantes”.

Siete títulos en siete meses, ¿qué satisfacciones te deja este año?

“Un logro personal fue estar dentro del 'field' del Augusta National Women's Amateur (ANWA) de este año, haber sido invitada. Que la gente pueda ver mi nombre ahí es una victoria.

También hay torneos que no son victorias en sí, sino el hecho de estar en ellos, como el Mundial en Japón. Este año fue un 'field' de bastante poder, nada que ver con el año pasado; Japón se abrió un poquito más en cuanto a las restricciones de Covid, permitió el ingreso de Estados Unidos y otros países que tienen jugadoras bastante buenas. Poder representar a Colombia, saber que dejé todo de mí y que hice un hoyo en uno allí fue muy significativo”.