Las múltiples especulaciones en torno a las causas del accidente que sufrió Tiger Woods a finales de febrero, y la negativa de las autoridades a revelarlas sin su autorización, parecen haber motivado la rueda de prensa que ofreció este miércoles el 'sheriff' del condado de Los Ángeles (California, Estados Unidos), en la que informó los resultados del estudio forense. 

Tiger Woods conducía a una velocidad de 140 kilómetros por hora cuando chocó su SUV Genesis el pasado 23 de febrero la zona de Rancho Palos Verdes, sentenció el 'sheriff', Alex Villanueva.

Villanueva continuó, asegurando que Tiger conducía de manera "insegura para las condiciones de la carretera y la incapacidad de enfrentar la curva" de la carretera, que lo llevó a chocar contra un árbol a 120 kilómetros por hora.

El auto de Tiger impactó contra el árbol, salió volando y realizó una “pirueta” antes de aterrizar, dijo el capitán James Powers. Debido a sus lesiones, “no era apropiado realizar pruebas de sobriedad en el campo”, siguió Powers. Probablemente confundió el pedal del acelerador con el freno y no se detectó ningún frenado, precisó el oficial.

La reconstrucción de los hechos, realizada por la oficina del forense, indica que Woods, de 45 años, conducía por Rancho Palos Verdes cuando golpeó un letrero de "Bienvenido a Rolling Hills Estates", cruzó un divisor central y fue a dar a más de 45 metros a través de arbustos y un árbol que derribó antes de detenerse.