Casa de Campo Resort & Villas develó una placa conmemorativa en honor a la vida y el legado de Pete Dye. La ceremonia formó parte de los eventos que se realizaron en el marco del día de nacimiento de uno de los mejores diseñadores de todos los tiempos.

La placa de Pete Dye, miembro del Salón de la Fama del Golf, residirá por siempre justo detrás de uno de sus legendarios pot bunkers junto al green del visualmente impresionante octavo hoyo de Teeth of the Dog. Se dice que “Diente de Perro” es el diseño favorito de Dye, además de ser ampliamente considerado por el resto del mundo como el mejor campo del Caribe. El Sr. Dye y su esposa, Alice, mantuvieron una casa cercana con vista al campo de golf durante décadas.

Desde su apertura en 1971, Teeth of the Dog ha estado durante mucho tiempo en la “lista de deseos” para aquellos que buscan jugar en uno de los 50 mejores campos de golf del mundo. Todos los sellos distintivos de diseño de Dye están presentes: vías de ferrocarril, greens y tees de península, superficie de los greens esculpidas a mano y una variedad única de bunkers. Los hoyos frente al mar denominados “The Heaven 7” son asombrosamente perfectos, lo que hizo que Dye bromeara diciendo: “Yo creé 11 hoyos y Dios creó siete”.

Casa de Campo posee otras dos gemas diseñadas por Pete Dye. Uno es el espectacular Dye Fore, inaugurado en 2002, que cuenta con 27 hoyos dividido en tres recorridos: Chavón, Marina y Lakes. Chavón cuenta con siete hoyos que corren sobre acantilados que caen unos 90 metros; Marina serpentea hasta un puerto rodeado de restaurantes y tiendas de estilo mediterráneo; y Lakes está ingeniosamente diseñado a través de un terreno con mucho movimiento. Los aficionados a la arquitectura de campos de golf llaman a Dye Fore “el campo más subestimado del Caribe”.

El otro es The Links, localizado en el interior de Casa de Campo, un trazado moderadamente montañoso, presenta bunkers con bordes de pasto alto y greens ondulados que ofrecen vistas espectaculares del Caribe. El recorrido tiene una cierta similitud a los campos de las Islas Británicas con hoyos que se destacan por su diseño y los desafía a ser estratégicos a la hora de jugarlos. Se lo considera uno de los campos más indulgentes y divertidos que creó en su vasto repertorio.